lunes, 22 de febrero de 2010


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HABLEN, TIENE TRES MINUTOS
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De vuelta del paseo
donde junté una florcita para tenerte entre mis dedos un momento,
y bebí una botella de Beaujolais, para bajar al pozo donde bailaba un oso luna,
en la penumbra dorada de la lámpara cuelgo mi piel y sé que estaré solo en la ciudad más poblada del mundo.
Excusarás este baalance histérico, entrw fuga a la rata y queja de morfina,
teniendo en cuenta que hace frío, llueve sobre mi taza de café,
y en cada medialuna la humedad laisa sus patitas de esponja.
Máxime sabiendo que pienso en ti, obstinadamente, como una ciega máquina, como la cifra que repite interminablemente el gongo de la fiebre,
o el loco que cobija su paloma en la mano, acaricándola hora a hora.
Hasta mezclar los dedos y las plumas en una sola miga de ternura.
Creo que sospecharás esto que ocurre, como yo te presiento a la distancia en tu ciudad, volviendo del paseo donde quizás juntaste la misma florcita, un poco por botánica, un poco porque aquí,
porque es preciso
que no estemos tan solos, que nos demos un pétalo, aunque sea un pastito, una pelusa.
.........oh!

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